UN DÍA EN LA VIDA DE LOS PROFESORES (UNIVERSITARIOS) H. y J.

(Creo que este texto tiene ocho o nueve años y lo acabo de reencontrar. Lo actualizo levísimamente y lo pongo aquí por su valor intemporal)

Como nuestros lectores son muy cucos, no necesitan demasiadas explicaciones. Entenderán rectamente estas pocas que vamos a dar. En la Universidad hay de todo, sin duda y sin la más mínima ironía. Con las proporciones no nos metamos, de momento. Lo cierto es que hay, en el número que sea, profesores que se dejan la piel intentando trabajar y otros que venden el alma al diablo con tal de no dar palo al agua. Y la gracia del asunto reside en que los primeros suelen encontrar todo tipo de dificultades, obstáculos, inconvenientes e incomprensiones, y a los segundos parece que todo se les pone “a huevo” en estas universidades de nuestros pecados.

Los profesores H. y J. de nuestras historias son, respectivamente, caricatura y resumen de esos modelos de profesor que se estilan: el que se desespera por trabajar y el que se desespera por no trabajar. No estamos pensando en nadie, palabra, sino en la síntesis de muchos de uno y otro lado. Pero el que se pique…

 

 

PROFESOR H. PROFESOR J.
8,30 Deja a los niños en el colegio Deja a los niños en el colegio
9 Llega a la Facultad Toma un café en el bar próximo al colegio y cuyo dueño es de su mismo pueblo
9,05 Enciende el ordenador Saluda a varios conocidos que entran en el mismo bar
9,10 Constata que en menos de doce horas le han enviado 40 e-mails La tertulia se anima
9,11 Suena el teléfono. De la Junta X le comunican que a una de las cinco copias del proyecto que presentó le faltan tres hojas. Le dan dos días de plazo para presentar la copia completa. La tertulia se calla unos segundos y repara, con posterior estrépito, en que en la MTV canta una señora con un espectacular escote
9,15 Comienza a leer por encima los e-mails que pueden ser urgentes La tertulia se anima más: se suman varios funcionarios de distintas entidades públicas, contentos porque hace un rato han fichado como es debido.
9,20 Un juramento en arameo se escapa de sus labios: de la unidad P le solicitan que mande a la mayor urgencia (pues la Comisión se reúne a las 12) un currículo actualizado y conforme al impreso 19, a fin de que se le incluya en la base de tasación de la media inversa de los profesores del pool I+D+å3³p a los que se asignará consideración preferente para proyectos relacionados con la biosfera del Mercosur. Mira el reloj por primera vez
9,25 Suena el teléfono. La secretaria del vicedirector del área de suelo y atmósfera de Mercosur le informa que hubo un error en el e-mail y que la reunión de la Comisión es a las 11. Y que no se puede retrasar porque el Director del área se va, junto con el Vicedirector y un profesor de natación, a Polonia a firmar un convenio para el intercambio de estudiantes de filología clásica. Va al baño
9,27 Comienza a adaptar los datos de su currículum al modelo 19 Vuelve del baño
9,45 Termina de rellenar el impreso modelo 19, lanza su mano hacia el ratón para pinchar la orden de guardar y su ordenador se queda a oscuras. Se ha ido una fase de la corriente eléctrica. Segundo juramento, más fuerte. Se despide, con parsimonia y afecto, de los contertulios que quedan y del barman. Pero no logra irse. El barman le llama aparte y le habla de su hijo que ya es diplomado.
9,50 Ha constatado que el programa le salvó la versión penúltima del impreso 19, lo ha completado y lo guarda con rápidos movimientos. Se interesa por las circunstancias personales y académicas del hijo del barman, al que recuerda, y así lo hace saber al preocupado padre, como un chico sumamente formal y agradable.
9,55 Escribe e-mail a la dirección de la unidad P, mete en attach el impreso 19 y da a “Enviar”. Mensaje de error. No hay conexión, la red está caída Ante tan lisonjeras palabras, el padre se anima y cuenta que ha oído hablar de unas becas muy majas para recién diplomados.
9,56 Llaman a la puerta. Entra el profesor A, que le cuenta que ha oído que el Decano está muy harto del Secretario y que está pensando en proponer para el cargo a C, que es ayudante suya y más de confianza El chaval no necesita ganar mucho, pues vive en casa. Lo importante es ir haciendo curriculum. Pater dixit
10,10 Ha conseguido sacar a A de su despacho. Suena el teléfono. Es el bedel de la Facultad, que le indica que no podrá usar el Aula que tenía reservada para la conferencia de ese profesor de Madrid porque ese día todas las aulas estarán ocupadas por los grupos de estudiantes convocados por el comité intercentros de evaluación de la dinámica coaxial profesores-alumnos. Y que sí, que sí, que hace un mes que él la había reservado, pero que esto son órdenes directas y terminantes del Vicerrector de Innovación y Control. J. le explica a su paisano el barman que él, J., ya no tiene ahí tanta mano como antes, más que nada porque ahora los sindicatos andan todo el día tocando los güevos a la gente que de verdad produce.
10,15 Sale corriendo para su clase de las 10,15 Pero que le dé los datos del chico, que va a hablar con uno de la Junta que juega la partida con el del Secretariado de eso y tiene mucha influencia con él.
10,17 El delegado de curso le sale al paso y le comunica: a) que el próximo jueves están pensando no venir, porque tienen parcial el viernes; b) que ha oído que el decano quiere suprimir tres plazas de representación estudiantil; c) que mañana faltan el profesor de las 9 y el de las 11, con lo que, si se cambia para otro día su clase de las 10, libran la mañana para estudiar todo el rato y sin parar y sin perjudicarse por ir a clase. Abandona el bar con gesto serio.
10,25/11 Imparte su clase Recoge en la zapatería unos mocasines que había dejado para poner “pilis”. Compra el periódico. Va al banco y protesta porque le siguen cobrando por la tarjeta que anuló hace tiempo. Camino del coche, para un momento en la tienda de Benita y compra un tarro de queso de cabra en aceite. Bromea con Benita y se va. Benita comenta con la clientela lo natural y sencillo que es don J., no como otros, que, siendo menos que él, parece que sólo cagan ciencia. Murmullos de aprobación.
11,05 Sale de clase y, camino de su despacho, se encuentra a un grupo de jóvenes titulares de universidad camino del café. Le invitan. Rehúsa cortés. Se paran un rato más para compartir con él su indignación por los rumores de que van a sacar antes las cátedras de los acreditados con familia numerosa. Responde con evasivas y logra llegar a su despacho. Ha llegado al Edificio de Gobierno. Bromea con el conserje de la entrada, que es de Vigo, porque el Celta no ha pasado del empate en casa con el Osasuna. Hace un guiño al paso a la de la fotocopiadora, recién casada, y le pregunta qué tal las faenas del hogar. Ella sonríe y tal pareciera que dice algo por lo bajo.
11,07 Nuevo intento de enviar el e-mail. Esta vez sí funciona. Ha entrado en su despacho de vicesecratario de la Comisión de Relaciones Exteriores e Institucionales del Área de Animación Humanística. Su Secretaria está tomando el café pero le ha dejado la correspondencia muy bien ordenada encima de su mesa. Y un caramelo de nata. Sonríe.
11,08 Suena el teléfono. Le llama la secretaria del vicedirector del área de suelo y atmósfera de Mercosur y le comunica que la reunión de la Comisión está a punto de terminar y su curriculum no ha llegado, por lo que sin duda van a tener que dejar de lado su solicitud y… La interrumpe y le comunica que lo envió hace un minuto. Ella responde con un “ah ¿sí?” y hay un silencio de unos treinta segundos. Suena de nuevo la voz de ella que le comunica que sí llegó y cuelga. Comienza a leer su correspondencia. Decide empezar por el resumen de prensa.
11,11 El teléfono. Es su colega L., que le pregunta cómo diablos se rellena la página XXXVI del impreso 19. Le responde y le aconseja a L. Que se dé prisa porque la Comisión está reunida en este momento. L. suelta una retahíla de gruesos términos y asegura que a él nadie le ha avisado de semejante plazo. Llama a su viejo compañero M., Presidente de la Comisión de Estadística Universitaria, y comparte con él su indignación por lo que aparece en el periódico local: un tal CUCO ha presentado una página güés en la que se hacen coñas con los profesores. Mejor se dedicaban a investigar y no a joder la marrana. M. manifiesta su acuerdo entusiasta y sin matices, pese a lo que se citan para comentar mejor el tema mientras toman un café a las doce.
11,20 Llaman a su puerta dos becarios del área y entran. Le cuentan en perfecto coro que un tercer becario lleva tres semanas sin aparecer y que hay gente que le echa mucho morro y que a ver si van a tener ellos que hacerse cargo también de rotular las probetas del retrolaboratorio de prácticas. Llama a B., ayudante de su área. Le hace saber, en tono formal y con un ápice de lamento en la voz, que debe sustituirlo en la clase de las doce, pues tiene una reunión y varias citas urgentes. Obtenido el asentimiento obediente de B., le pregunta qué tal evoluciona su tía después de la delicada operación. B. se anima a dar unos pocos detalles y J. se despide precipitadamente.
11,30 Ha conseguido tranquilizar a los becarios con la promesa de que hablará con el otro, y con el compromiso de que la rotulación de las probetas se tratará en una reunión del área. Ojea el periódico.
11,31 Llama al Secretariado de Aulas para que le solucionen lo del espacio para la conferencia programada. Le piden que escriba un correo electrónico a la atención del Director de Aulas para Conferencias. Le deletrean la dirección: apaco@unimax.es Descuelga y marca. Contrariado, toca la tecla de llamada en espera y vuelve al periódico.
11,35 Suena el teléfono. Es J., que le ofrece participar en un camping de fomento del humanismo que se está organizando para julio. Puede hablar de lo que quiera con tal de que lleve en el título cualquiera de estos términos: “hombre”, “humano”, “humanista” o “persona”. Quizá esto último es lo mejor, que ya sabes cómo se ponen las tías con lo del lenguaje machista, je. La conferencia son 200 euros, pero lo va a poner también en una mesa redonda de un taller para que le llegue a 300. Las fechas ya las concretarán, porque por ahora es sólo un borrador de anteproyecto. Por cierto, qué tal se porta como alumno el sobrino de mi mujer. Ya sabes que lo queremos como si fuera un hijo, pues se crió con los abuelos y nos tiene a nosotros como modelo para todo. Llama por teléfono al cabronazo de H. En cuanto el sobrino de las pelotas acabe la carrera le va a ofrecer conferencias su abuela, que a este J. lo conozco yo y cuanto más tiene más quiere. ¿No es tan importante? Pues que lo llamen de La Moncloa, no te jode. Y luego va de divo por ahí, presumiendo de los tramos que se gana con las invitaciones que le gestionamos los que estamos aquí a pie de obra partiéndonos los cuernos para que esto funcione.
11,50 Redacta y envía el e-mail para el Director de Aulas para Conferencias. Luego saca una carpeta de un cajón y se pone a leer. Saluda a su secretaria, que ha regresado del café con  una bolsa de Zara. Le pregunta, simpático, si lo daban como tapa. Ella le cuenta que aprovechó para recoger unos pantalones de su hermana que habían dejado para meterles el bajo. Cordial conversación sobre sucesivos temas y pormenores de la vida cotidiana.
11,55 El Director de Departamento le convoca para tratar de inmediato un tema de la máxima urgencia. Lo cita en la Cafetería para cinco minutos más tarde. Sale de su despacho y pasa a buscar a M. por el suyo.
12,05 El Director les expone, a él y a otros profesores del Departamento, su gran preocupación porque en los baños del segundo piso han aparecido pintadas de este calibre: “directores=cagadores”. Enumera las medidas que ya ha tomado (orden de borrado inmediato de la inscripción, carta al Rector y al Decano para ponerles al corriente y rogarles medidas contundentes, interrogatorio a las limpiadoras sobre el día y la hora aproximada en que el rótulo apareció y sobre las costumbres horarias de los diversos usuarios del recinto…) y que se propone tomar (petición de peritaje grafológico, apercibimiento general a los becarios y solicitud al Consejo de Departamento para que formalmente le renueve su confianza) En el café habitual coincide con los de todos los días, de los que la mitad tiene cargo y la otra mitad lo pretende. Amena conversación. Dimes y diretes. Rubor de J. cuando el Rector dice bien alto: “El que mejor se lo monta es J., que bien que lo vi el sábado por la noche dándole a la mandíbula en La Divine Amasuelete. Risas cómplices. Palmeos a J. Un Director de Área reacciona ágilmente y le dice al Rector que si lo vio será porque algo hacía él por allí también. Sonrisa beatífica del Magnífico y cabreo interior de J. por no haber dicho él algo así antes que el otro.
12,30 Suena el móvil de H. Es su madre que le recuerda que hace más de tres días que no le lleva los niños a casa. Corta rápidamente y finge ante los demás que la llamada era de alguien que tenía citado en el despacho y le espera. Aprovecha y se marcha. El Rector se va. J. y cuatro más se apartan un poco y comentan que se sabe de buena fuente que a fulano le están haciendo la cama en el Departamento. Concluyen que es mejor no meterlo en las listas para el Claustro hasta que no quede mejor definida su situación.
12,35 Se sienta en su despacho y vuelve a leer de las mismas hojas. Le llaman de la Administración del Centro para explicarle que llamaron del Ayuntamiento y que ya puede pasar a recoger el pin que regala a cada asistente al Congreso que próximamente H. organiza. Esto le recuerda que tiene que hablar con el Vicerrector de Congresos. Rellenan la quiniela que juegan conjuntamente cada semana. Las habituales bromas a S. cuando toca poner el resultado del Betis.
12,40 Llama al Vicerrectorado de Congresos y pide hablar con el Vicerrector. Le informan de que está en un Congreso. Le preguntan dónde se celebra el Congreso. Responde que en la misma ciudad. Le pasan con el Director de Congresos Metropolitanos. H. le expone su problema y aquél le ruega que le dé unos días para aterrizar, pues acaba de tomar posesión. Pasan a los partidos de segunda división.
12,50 Le avisan de Conserjería de que tiene una carta urgente que le acaban de enviar con mensajero. Y que baje a buscarla antes de las dos, pues hoy cierran antes porque es la patrona de Gerencia y están todos los bedeles invitados a un vino en el Edificio de Gobierno. Comentan los que van quedando que mañana será un día aún más duro, pues a las once hay Claustro y a la una ceremonia de doctorado honoris causa.
12,55 Sale hacia Conserjería. Se encuentra con T., quien le cuenta: a) que acaba de regresar, ayer mismo, de Toronto; b) que allí presentó una ponencia en un curso internacional del máximo nivel; c) que le sorprendió mucho ver lo viejo que estaba el prof. McGill, pero que el que tuvo, retuvo; d) que el prof. McGill le había invitado a dar un curso de doctorado en su Instituto en Kansas; e) que estas cosas le reconfortan a uno y le renuevan el ánimo, pues nuestro medio es mezquino en reconocimientos. Se despiden a la salida del bar y J. se va en coche a la Facultad. Para en la gasolinera y reposta súper y pan.
13,15 H. ha logrado desprenderse de T., a quien no ha llegado a decirle más palabra que el inicial “hola”. Mientras camina reflexiona acerca de: a) que anteayer vio a T. comprando congelados en Carrefour; b) que es la tercera vez que T. le coloca el mismo cuento de la invitación a Kansas y lo bien que se conserva McGill, si bien en otras ocasiones el supuesto encuentro había tenido lugar en San Francisco y Gotinga, respectivamente; c) que hay que jorobarse, pues T. acaba de conseguir su cuarto proyecto europeo sin hincarla; y d) que no somos nadie. Llega a la Facultad. Recoge la correspondencia. Sube a su área. Entra en el primer despacho ocupado. Pregunta qué tal el fin de semana. Antes de que le respondan cuenta que esta tarde no vendrá por aquí porque tiene que ver unos muebles de nogal para el salón de la nueva casa, pues ya sabes cómo es esto, primero te apetece cambiar a una casa más grande, pero luego se te cae el alma a los pies con el tiempo que lleva amueblar tantos huecos. El becario mira a su jefe, y luego calla.
13,16 Tres metros antes del aposento de Conserjería,  le aborda Y., muy excitado. Le dice que lo siga sin falta. Lo dicho
13,18 Despacho de Y. Le muestra un periódico donde se informa de que el Vicerrector de Áreas Afines, cinco de sus directores de Área  y los profesores V, W y O acaban de regresar de la ciudad de Worms, donde han realizado importantes negociaciones con el Instituto Mundial de Ornitología . Y. pide a H. que le confirme si es o no cierto que a) el Instituto Mundial de Ornitología cerró el año pasado; b) su sede no estaba en Worms, sino en Munich. H. se lo confirma sin lugar a dudas. Piensan que deberían hacer algo y concluyen que total para qué. Lo mismo en el siguiente despacho.
13,45 Y. le pregunta a H. si ya recogió el usb con el nuevo modelo automatizado de acta multicultural, en el que las notas aparecen traducidas a caracteres cirílicos y cuneiformes. H., que no. Y, pues el plazo se acababa ayer y si no lo tenemos, hay que dibujar los caracteres a mano. H. e Y. al unísono: acerquémonos a Administración a buscarlo No había más despachos abiertos. J. entra en el suyo.
13,50 En la Administración del Centro. Punzantes comentarios sobre la desidia del profesorado. Y que ya se pasó el plazo. H. e Y.: cada día está usted más guapa, doña Argentina. Nuevas puyas. Nuevos requiebros. Aparece misteriosamente un último usb. Alivio. Llama a su esposa. Llevo una mañana que no he parao. Ya te digo yo que deberías dejar ese cargo que acaba contigo. Eso quisieran muchos. Bueno, pero no me vengas luego estresado, que la pagan los niños. Tranquila, paso a recogerte en quince minutos. Espero que para y media Eloína tenga lista la comida, que si no doy una cabezadita después de comer no me aclaro con los muebles luego.
14,00 Llega a la carrera a Conserjería. Cerrado. Sale lentamente de la Facultad y se mete en su coche.
16-22 Lee y escribe, encerrado en su casa Al final yo creo que el cerezo nos pega mejor con el parquet
22 Da un beso y las buenas noches a sus hijos. Les lee un cuento. Da un beso y las buenas noches a sus hijos. Les cuenta lo que hizo durante el día.

 

 

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